17/4/08

QUIEN SE HA LLEVADO MI QUESO?


¿Quien se ha llevado mi queso?

Es un libro que seguramente has escuchado de el. Escrito por Spencer Johnson me impactó su simple estilo de fábula, su amena lectura (típica en muchos de los libros de management y de autoayuda) y su significado, que sin duda si lo aprehendemos (nótese la diferencia con aprender) será de ayuda en los momentos difíciles (que siempre llegan).

Pues bien, hoy se me ha ocurrido la idea de tratar de comparar este libro, nuestra vida diaria en el propio trabajo en el cual estemos enfocados. Por lo tanto, debe de haber semejanzas. Y de eso va este pequeño artículo:

No me quiero entretener en la historia en sí para que no se me aburran (aún así contaré algo de ella para centrar a quienes no hayan leído el libro, pero no es imprescindible para entender la idea), sino que me centraré en los aspectos más determinantes, resumidos en cortas frases que se resaltan en el texto original a modo de Citas Para la Historia.

Tener queso te hace feliz:
En la historia, los protagonistas (dos ratones) pensaban que tenían queso para toda la vida en una sala de un laberinto. Lo mismo puede suceder en nuestro trabajo, quien tiene éxito y ni siquiera pensamos que mañana pueda dejar de tenerlo.

Cuanto más importante es el queso para uno, más desea conservarlo:
Con tanto queso, nuestros amigos ratones se vuelven algo arrogantes, y ni se percatan de que el queso se les va acabando. Simplemente comían, sin hacer nada más; sólo pendientes de que todo siguiera igual y aún tuvieran queso.

Si no cambias, Te extingues:
Llegará un momento en que a nuestros amigos se les acaba el queso, y se debaten entre ir a buscar más por el laberinto (con el riesgo de perderse), o esperar a que el queso vuelva. Pero aún así, seguiremos preguntándonos por qué no fuimos antes al lugar donde se fue el queso, y seguiremos preguntándonos si merece la pena esperar a que el queso vuelva, o ir a buscarlo.

¿Qué harías si no tuvieras miedo?
El miedo al cambio es normal, todos lo tenemos. Pero tarde o temprano algo cambia, siempre cambia. Y debemos de prepararnos para ello. Perder el miedo. Salir a buscar más queso es siempre mejor que esperar a que el queso vuelva. Es decir: innova, muévete, busca. No tengas miedo. Nunca debes de soltar las riendas.

Huele el queso a menudo, para saber cuando empieza a enmohecerse:
Rara vez los cambios vienen de golpe. Normalmente hay indicios o una lenta transformación. Sólo hay que saber estar atento a los posibles cambios. O al menos, ser consciente de que estos pueden llegar, y empezar a prepararse para ello, cubrirnos las espaldas.


Vigila tu queso........................... y sobre todo ponlo en pràctica.

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